El conflicto con Gibraltar

La disputa territorial de Gibraltar es el litigio por esta península e istmo, actualmente colonia británica, situada al extremo sur de la península ibérica con frontera única con España, país que reclama la retrocesión de Gibraltar.
Gibraltar es una colonia, un territorio no autónomo que, por mandato de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) emitido en el año 1946 y reiterado anualmente, debe ser objeto de un proceso de descolonización por parte del Reino Unido para su posterior devolución a España.
Durante la Guerra de Sucesión Española (1701-1714), se firmó un tratado de paz entre Países Bajos, Reino de Gran Bretaña y España llamado tratado de Utrecht 1713. En este tratado se acordaba que a cambio de la paz internacional, España cedería el territorio que entonces ocupaba Gibraltar (más pequeño que el actual) y Menorca al Imperio Británico de acuerdo con el artículo X del tratado de Utrecht. Los posteriores acuerdos fueron confirmados en París y Sevilla. Años más tarde, los españoles trataron de recuperar la colonia sin éxito, ya fuera mediante uso militar o reclamando el territorio por vías pacíficas.

La población actual de Gibraltar (formada por descendientes ingleses, y diferente a la población autóctona original, exiliada desde el siglo XIII en la comarca del Campo de Gibraltar), por su parte, rechaza cualquier medida de presión política para formar parte de España. En 2002 el Ayuntamiento de la ciudad celebró un "referéndum" contraviniendo la legislación tanto británica como española, en el que la mayoría de la población, de origen británico, rechazó la soberanía compartida entre los gobiernos español y británico después de haberse alcanzado un acuerdo a nivel bilateral entre ambos Estados. El Gobierno de Reino Unido, tras la celebración de la consulta ilegal, declaró que jamás hubiera llegado a un acuerdo de soberanía sin la voluntad "del pueblo y del Gobierno de Gibraltar".
En 2000, los concejales del Ayuntamiento de Gibraltar firmaron una declaración política de unidad en el que afirmaron que: "En esencia de la declaración consensuada, se declara que la población de Gibraltar jamás verá comprometido su derecho de soberanía ni de autodeterminación; Gibraltar sólo busca tener buenas relaciones a nivel europeo con España y que Gibraltar será de sus ciudadanos y no una exigencia para que España pida a los británicos que les entregue el territorio".

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